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Se terminó la «crisis»: ganó el FÚTBOL Club Barcelona

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Llegó. Parecía interminable el tiempo entre el encuentro de ida y la vuelta. Aquel primer partido que había dado inicio a la enorme y preocupante crisis que atravesó el Barcelona en los últimos 15 días. Quizás, el peor equipo del último lustro…

Bueno… Eso es lo que mucho hubieran deseado. Existe, lamentablemente, un grupo dentro del periodismo deportivo (la gente no entra, ellos no comunican puede decir lo que les plazca), fascinado por ver perder al Barca. Les molesta que triunfe. Y además, como mencionó alguna vez Ariel Scher en DeporTEA: «A algunos les gusta el Barcelona sólo porque gana».

En definitiva, el conjunto español estuvo, está y seguirá vigente porque su juego es producto de una forma de enseñanza, desde La Masía hasta los más grandes. «Las inferiores no juegan como el primer equipo. El primer equipo lo hace como las inferiores», enfatizó alguna vez JP Varsky.

Esa es la gran diferencia entre este club y otros importantes planteles de los últimos 20 años. Mientras en las bases sigan educando personas y sólo no jugadores, mantengan la premisa del colegio y la tarea antes de la pelota, las cosas seguirán igual. Cierto, Messi algún día (gracias a dios dentro de mucho tiempo) no estará. Lo mismo que Xavi, Iniesta o Busquets. O Puyol. Pero el elenco «Culé» mantendrá la manera de jugar. Sólo tendrá otros intérpretes.

Para el encuentro de esta tarde frente al Milan, el plantel de Roura debía apelar a lo más profundo, al sentimiento. A ese hambre que generan las situaciones límites y que lo llevó a levantar 14 títulos. Esta tarde, el Barca tenía que revalidar (como si sería necesario) que seguía arriba, entre los mejores. Y lo hizo con creces.

Aprovechó su momento, presionó bien arriba y recuperó muy rápido el balón, quizás algo que había perdido en los últimos encuentros, principalmente ante el Madrid. Si bien la idea fue abrir la cancha, con Alves y Jordi Alba, Xavi e Iniesta encontraron facilidades para manejar el balón entre defensores y mediocampistas. Esos cinco o diez metros que había entre línea y línea fueron perfectamente capitalizados por Messi. De hecho, de esa distancia llegaron los dos primeros goles.

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Primer gol, a los 5′

Magia en el 1-0. Zurdazo al ángulo, sin recorrido de la pierna. Galera y bastón para el enano, para ese 10 que no canta el himno (¡¡POR FAVOR!!). Y el 2-0. Clave. En la jugada anterior, Mascherano se pasó en un cabezazo siendo último hombre y dejó mano a mano a Niang. El francés de 18 años se fue abriendo para la derecha, definió ante la salida de Valdéz y la pelota terminó pegando en el palo. La terminación no fue decididamente mala pero se sabía que los de Allegri no tendrían demasiadas chances similares.

El segundo gol del rosario llegó exactamente después de ese sacudón, lo que agravó la situación desperdiciada por el volante/delantero del Milan. Iniesta cedió para el 10, ahí en el espacio entre defensa y mediocampo, el rosarino atacó de derecha al centro, Mexes lo dejó maniobrar y el mejor del mundo la clavó al primer palo. El tanto inicial fue a los 5′ y el segundo a los 40′. Pero el local tuvo chances durante toda la etapa. Xavi disparó de afuera, Iniesta también, el argentino la tuvo de cabeza. Abate empujó a Pedro en una pelota en cortada que el árbitro bien pudo haber cobreado penal. Esta vez, a diferencia de lo que había sucedido en los últimos encuentros, los de Roura supieron transformar posesión en peligro.

En el segundo tiempo, el Milan no reaccionó. Apenas si le había pegado al arco en la etapa inicial, obvio, con arrestos individuales. Parecía que apelaba a los penales, situación que se hubiera dado con el 2-0. En cambio, los locales bajaron el ritmo de presión pero mantuvieron el toque constante de derecha a izquierda. Sin embargo, otro de las evidentes aspectos que el Barca puso de manifiesto fue no desconcentrarse ante la segunda jugada. En los primeros 45 hubo dos imágenes claras sobre esto: 1º, un córner en favor del local. Sólo tres jugadores adentro del área, y alrededor de cinco o seis bordeando la misma, a la espera del rebote. 2º, tras el remate antes mencionado de Iniesta, fue Messi quién atacó el balón con un cabezazo, casi en el área chica.

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3-0 made in Villa

Producto de este enfoque llegó el tercero. Cuando parecía que salía la contra para el Milan, Masche no se dejó estar, anticipó, y la tomó Xavi, que con dulzura y eficacia habilitó a Villa. El español amagó a ir a buscar la pelota pero la dejó pasar y Constant siguió de largo. Después, con esa naturalidad que lo caracterizó en Sudáfrica 2010, definió como un zurdo de toda la vida. Empanada abierta y rosca al segundo palo. Clink, caja y 3-0.

Recién ahí el Milan «intentó». Entraron Muntari, Robinho y Bojan, pero la miseria y mezquindad con la que el conjunto italiano encaró la serie, no podía cambiar en media hora. Con espacios, el Barca pudo conseguir la ventaja antes. Pese a que el 3-0 parecía abultado, los de Allegri sólo tenían que anotar un gol para acceder a Cuartos.

En un mundo perfecto eso hubiera sido imposible. Los italianos no hicieron nada para merecerlo. Pero esto es fútbol, un deporte en el que no hay que confiarse. Y en definitiva por eso es tan lindo. Por tal motivo, e innecesariamente, el Barcelona retrocedió y defendió en su campo, en vez de achicar para adelante. Ingresó Adriano por Pedro a falta de 10 minutos y el brasileño se ubicó a la derecha de Alba, dejando al español un poquito más tirado al medio, al lado de Puyol (ingresó por Mascherano).

Un centro raso de Bojan que casi empuja Robinho (entró por Niang) y un pseudo taco de Flamini ante un disparo de Boateng al bulto fueron las dos chances más claras de los tanos en el complemento. Poco. Muy poco para un equipo que justificó con fútbol el 2-0 de la ida después del primer tanto.

En el final, dos grandes detalles. Minuto 90: la línea defensiva del local empieza a jugar más arriba y tira el offside en mitad de cancha. Sólo un equipo con la fortaleza mental y la confianza del Barcelona puede hacer eso a tres minutos del cierre.

Y minuto 92: los españoles en su campo. Recupera Xavi, y pase a Messi que la aguanta. Jordi comienza un tremendo pique por la izquierda, superando incluso a su compañero, Adriano. El argentino aguanta y juega para la derecha donde estaba Alexis Sánchez (entró por Villa). Jordi sigue corriendo, va por autopista. El chileno sin frenarla vuelca el juego para la izquierda donde el lateral español absolutamente revolucionado llega, domina y define cruzado para cerrar la historia. 4-0 y a casa. A dormir tranquilos. Esta jugada, por la intensa carrera del ex defensor del Valencia, se pareció al gol que le convirtió a Italia en la final de la Eurocopa 2012.

Tranquilidad. Tarea resuelta. El equipo apareció cuando era necesario. La Champions League tiene que estar contenta de tener todavía a un club como Barcelona. Igualmente, todavía no finalizaron los encuentros de Octavos. Mañana, miércoles, juegan Bayern Munich – Arsenal (3-0 la ida) y Málaga – Porto (0-1). Y el viernes, será el sorteo definitivo. Porque a partir de Cuartos, ya se conocerán las llaves hasta la final.

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(NdR: A diferencia de otros años, no veo una competencia tan favorable al Barcelona. No por su nivel, sino por las actuaciones del resto. De las últimas ediciones, me parece que esta es la más pareja. Bayern Munich, Real Madrid y Borussia Dortmund están al mismo nivel que el equipo «Culé». Y Juventus, creo yo, un pasito más abajo, aunque igual de peligroso. Cinco planteles para un sólo título).

4-0. Lo que todo hincha del fútbol quería: que el Barcelona siguiera en el mejor torneo de clubes del mundo. ¿Por qué? Porque Messi es fantástico y debemos agradecer poder verlo semana tras semana. Está fino, fuerte físicamente, no rebota ante los rivales más grandes. Falla poco. Iniesta es fútbol. Son sinónimos. La misma palabra. Y nunca mejor adjetivado por el gran Michael Simon, Xavi es croupier, una especia de medioscrum en rugby, de armador en voley. Él decide por dónde se ataca, domina tiempo y espacio. Aún sin estar al 100%.

Para los que pregonan este fútbol, bienvenido sea. Y para los detractores, los ciegos, los que no ven más allá, los que esperan ver caer al equipo o los que esperaban un gol del Milán… Bueno… Deberán seguir esperando.

 
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Publicado por en marzo 12, 2013 en Barcelona, Champions League, Fútbol

 

La confianza del Real Madrid, el punto clave del presente

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El partido del que todo el mundo está pendiente, no importa por qué competencia o instancia se dispute. En la actualidad, Real Madrid y Barcelona o Barcelona y Real Madrid conllevan consigo un espectáculo. Además de la presencia de enormes jugadores mundiales, los duelos entre sí generan un show para el espectador.

Hoy al mediodía, el Madrid volvió a pegar. Ya lo había hecho el martes por la Copa del Rey, a domicilio, y por 3-1, donde mostró un gran nivel colectivo, e individual por parte de Cristiano Ronaldo, pero principalmente sabiduría y orden para contrarrestar la ofensiva rival. Es cierto que Milan abrió una pequeña herida en la susceptibilidad de los «Culé», pero no a partir del nivel futbolístico que imprimió el Madrid en estos dos partidos.

Este mediodía volvió a ser superior a su rival, aún con ausencia de algunas de sus figuras como Ronaldo, Ozil, Di María o Xabi Alonso. El planteo de Mourinho obligó nuevamente a una precisión, que en este momento, el Barcelona no tiene. Porque duda cuando antes no lo hacía. ¿Por qué? Falta de confianza. Es simple. La inseguridad domina al jugador, lo asusta. De esta manera, piensa dos o tres veces antes de resolver, cuando antes, producto de un enorme presente, fluía. Es cierto que hubo inconvenientes defensivos, puntualmente en el retroceso de los mediocampistas, pero bajo la directiva de Tito Vilanova, el plantel se caracterizó por el arco de enfrente. De hecho, en un momento se le «criticó» que recibía muchos goles. Claro, terminó la primera rueda de la liga invicto.

Pero sería cobarde no darle el mérito a los de Mourinho. ¿El Barca mermó un poco su nivel en este último mes? ¿Messi acompañó también? Sí, claro que si. Lo que no quita que el trabajo del Madrid haya sido excelente. No bueno, excelente. Porque presionó en mitad de cancha, cerró espacios en los costados, juntó centrales con volantes defensivos, y éstos con delanteros, y cuando falló colectivamente, tuvo una individualidad que lo sostuvo. Cuando se juntan las líneas y se presiona al portador de la pelota, el juego defensivo ya tiene una buena base para empezar a ultimar detalles. Además, todo se simplifica con jugadores del presente de Sergio Ramos o, más marcado aún, del francés Raphael Varane (comprado a partir del convencimiento de Zinedine Zidane). Implacable en estos encuentros, con dos goles en la serie de Copa del Rey, claves para el pasaje a la final.

Bajo estas premisas se planteo el encuentro de esta tarde. El Real haciendo lo suyo, el Barca intentando lo propio. El gol temprano de Benzema metió un poco más de presión para el lado «Blaugrana», no porque se sienta amenazado en la tabla de posiciones de la liga, porque el Madrid está lejos (a 16 puntos con esta victoria), sino por lo que significa un nuevo clásico y lo que podría resultar de una nueva derrota.

A partir de allí, la visita se hizo cargo del trámite de juego pero no pegó demasiado en el arco de Diego López. Los locales tuvieron otra ocasión muy clara con el debutante, Álvaro Morata, quien cabeceó casi dentro del área chica y desviado. Pero ahí apareció el Number One. Ese tubo de oxígeno que siempre fue para la Selección Argentina, ahora también reparte un poco de su O2 en España. Pase tres dedos de Dani Alves (poco a poco va recuperando su nivel) que agarró adelantada a la defensa local, Messi enganchó para la zurda y castigó al primer palo.

Distinto fue el complemento. Feo, áspero, con faltas y amarillas (no hubo en la primera parte). Ninguno se hizo cargo del balón y apenas si llegaron al arco. Ingresó CR7 pero de 9 mientras Morata siguió de puntero izquierdo. El español no estuvo certero en un mano a mano contra Víctor Valdés, tras un pase cinco estrellas de Pepe. Y el Madrid empezó a atacar más y mejor. Tuvo la pelota, fue vertical como siempre y no se descuidó atrás. Así como el martes pasado, la ventaja llegó de arriba. Antes un tiro libre, ahora un córner. Antes la cabeza de Varane, ahora la de Sergio Ramos, que le ganó a Piqué y clavó un cabezazo cruzado al poste izquierdo de Valdés. Luego, ya con dominio exclusivo del juego, Ronaldo tuvo un tremendo tiro libre que pegó exactamente en el ángulo, pero el marcador quedó estancado en 2-1.

¿Penal a Adriano? Si. ¿Penalazo? No. Aunque era para cobrarlo. Sin embargo, como lo había hecho Pedro en la serie de Copa del Rey, la exageración del brasilero en la caída pudo haber influido en que el árbitro, Miguel Ángel Pérez Lasa, no lo diera.

El último detalle, la imagen del final. Si algo caracterizó a Barcelona en los últimos seis años, desde la llegada de Guardiola a esta parte, fue la impronta de campeón, más allá del resultado. Se puede perder o ganar, pero los valores y el juego son lo que en definitiva queda. La amarilla a Iniesta (sí al profesor, al que tiene cara de oficinista) por quejarse con el referí y la roja a Valdés, por el mismo motivo, demuestra lo que es hoy el equipo. Un manojo de nervios, de dudas, de incertidumbres. De desconfianza. No por falta de calidad, sino porque atraviesa un presente del que no está acostumbrado.

Para salir, para recuperar la confianza y el juego, habrá que analizar errores. Comprometerse con la causa y recomponer colectivamente aquello que se perdió. Los más influyentes deben aparecer pero los actores de reparto no se pueden quedar atrás. Messi no salvará a este equipo contra el Milan. Sólo no puede, lo harán todos. Distinto es el caso del Real, que llega de la mejor manera al choque contra el Manchester en Old Trafford. Quizás, al punto máximo de confianza en los últimos años, muchos más que después de aquella victoria en la final de la Copa del Rey. Porque no fue una victoria casual, tuvo sustento futbolístico.

Este deporte no se compone sólo de once jugadores dentro de un campo. Cada uno está influenciado por un contexto, deportivo y personal. Seguramente varios detalles han influido para este presente del Barca, la razón no es una en especial. Un bajón lógico, claro. Nadie puede ganar por siempre, ni jugar al punto límite de sus posibilidades en todos los partidos. Pero además, la salida de un técnico que fue un antes y un después para el club puede significar una presión extra. Incluso, también la falta del entrenador que lo sucedió.

Jordi Roura, que hace menos de un año era el segundo ayudante de Pep Guardiola, hoy es el jefe de un grupo que está entre los los mejores del mundo. Sólo hay que levantarles el ánimo, con todo lo complicado y simple que puede significar eso.

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Publicado por en marzo 2, 2013 en Barcelona, Fútbol

 

El mejor de España contra el mejor de Inglaterra

Será en Wembley


 

Otra vez en la final. Proyectos futbolísticos por ambos lados. La elegancia española frente a juego variado y desdoblado inglés. El sábado desde las 15.45 se define al nuevo campeón.

Nuevamente, como en el 2009, los tickets de la final dicen Barcelona – Manchester United. Aunque esta vez el escenario designado es Wembley. Lujoso e impactante, no desentona con la calidad de los equipos. En esta ocasión no habrá Lionel Messi – Cristiano Ronaldo sino que se enfrentarán dos grandes equipos, los mejores de sus ligas y de los más importantes del mundo.

La semana pasada el defensor francés Patrice Evra declaró que “desde la ida de Ronaldo y Tevez, Manchester juega como un equipo” y eso es lo que demuestran en la cancha. Sin duda no tiene la elegancia de su rival pero aún así un gran plantel. Fuerte defensivamente pero también muy capaz en ataque porque tiene jugadores que se desdoblan para cumplir varias funciones y mediocampistas que se prestan constantemente a pisar el área rival.

Invicto y puntero en el Grupo D con 14 puntos, el equipo inglés venció en octavos al Olympique de Marsella 2-1 de local tras empatar sin goles en Francia. Luego revivió el clásico con Chelsea, lo derrotó de visitante 1-0 y en su estadio 2-1 y por último bailó al Schalke 2-0 en Alemania y 4-1 en Inglaterra. Apenas 4 goles en contra en el torneo y 18 a favor. Nueve victorias y tres empates cosechó hasta el momento.

Que decir del Barcelona, del mejor equipo del mundo y acaso de la historia. Al igual que su rival superó la fase de grupos puntero, invicto y con 14 unidades. En octavos se enfrentó al Arsenal inglés, un equipo que supuestamente mantenía los mismos ideales que el español, pero que los tiró a la basura en la vuelta donde sólo fue a defenderse. Tras vencerlo de local 2-1 traicionó su libreto y encaró el segundo partido de manera inusual. El Barcelona ganó claramente 3-1 con un gran gol de Messi. En cuartos bailó de local a la sorpresa de la competencia, Shakhtar Donetsk 5-1 y terminó completando la serie 1-0 en Ucrania. Finalmente llegó el tan ansiado cruce contra el Real Madrid. Con sapiencia dentro del campo de juego y efectividad, el equipo de Josep Guardiola lo venció de visitante 2-0 con otro gol soberbio de Messi y empató 1-1 de local donde también controló el partido a su merced.

Así llegan los equipos, futbolísticamente fuertes y con confianza. Ambos ganaron sus ligas con holgura. El Manchester, con la suerte de poder jugar la final en su país pero entendiendo que el Barcelona no se entregará. Los equipos por ahora no están confirmados pero si lo está el árbitro. El húngaro Viktor Kassai será el réferi principal de este gran partido que comenzará el sábado a partir de las 20.45 de Inglaterra, es decir, a las 15.45 de nuestro país.

 
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Publicado por en May 27, 2011 en Barcelona, Fútbol

 

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Todo lo que dejó Barcelona – Real Madrid

Dos empates y una victoria para cada uno. Así finalizó la serie que mantuvo expectantes a todos los fanáticos del mundo futbolístico durante 18 días. Finalmente, el Real Madrid consiguió la Copa del Rey, el Barcelona avanzó a la final de la Liga de Campeones y empataron por liga, resultado que también benefició el equipo culé que sigue con 8 puntos de diferencia a falta de cuatro fechas.

Un conjunto dirigido por Pep Guardiola que volvió a demostrar porque es el mejor equipo del mundo y para algunos de la historia. Sencillez, estética, belleza, efectividad y cabeza fría son algunas de las características de esta plantilla. Once que salen de memoria y suplentes que no son menos como Javier Mascherano, Ibrahim Afellay, Maxwell, Gabriel Milito, Seydou Keita y Thiago Alcántara, entre otros.

Particularmente en el partido de ayer, el Barcelona volvió a ridiculizar a un Madrid que se victimizó, pegó muchísimo y pensó más en la roja de Pepe que en el mismo partido. Ya es inútil remarcar el trabajo de Xavi, Busquets e Iniesta pero una nota sin ellos sería como un pancho sin salchicha. Se mueven con una elegancia distinta al resto, crean espacios donde no los hay y más que pies tienen pinceles. Hacen que este juego parezca muy fácil y, cuando pierden la pelota, la recuperan en un santiamén. Un trabajo formidable de los tres mediocampistas españoles.

Dentro de esos cánones llegó primer gol del partido, Valdés optó por no rifar la pelota y, en vez de despejar, pasó para Alves. Que avanzó en el campo, superó la media cancha y jugó con Iniesta en el medio. Allí el “Cerebro” se tomó el tiempo justo para esperar el pique de Pedro y le metió un pase extraordinario, con la fuerza justa, para que el joven delantero definiera con justeza. Otro gran gol del Barca.

Tanto él como Villa siguen prestándose a los pases filtrados, especialidad de la casa; pican al vació, entran y salen de la línea del offside. Lo que los hace difíciles de marcar. Alves, Masche, Piqué y Puyol estuvieron más sincronizados que el miércoles pasado, más que nada el capitán quien no está acostumbrado a jugar por la izquierda. Firmes en la marca y precisos en los pases. De la misma manera Víctor Valdés completó un buen partido, sin ser demasiado exigido.

Al igual que los volantes, destacar el trabajo de Liones Messi sería haber vivido en una burbuja los últimos 5 años. Pero es para remarcar que el “Merengue” lo eligió como principal presa. El argentino había recibido, en todo el torneo, 19 infracciones mientras que sólo ayer, 11. Lo que más sorprende es que no hubo expulsados.

Sin duda, las declaraciones de los jugadores madridistas en la semana influyeron para que el árbitro intentara finalizar el encuentro con los 22 en cancha. De lo contrario no hay explicación válida para explicar porque Ricardo Carvalho, Emmanuel Adebayor y Lassana Diarra no recibieron la tarjeta roja. Ya sea por faltas fuertes o por reiteración de las mismas. Por su parte, el delantero, que no jugó como titular, ingresó únicamente para pegar, “para llevarse a uno” como se dice en el barrio. Una actuación vergonzosa.

En fin, el Barcelona jugará su merecida final. Posiblemente frente al Manchester United que hoy juega el partido de vuelta con el Schalke 04 (2-0 en la ida para el equipo inglés). De esta manera se reviviría la final del 2009 en Roma donde el equipo culé ganó 2-0 con goles de Eto´o y Messi.

Por último, EL DATO: Con este empate, Guardiola mantuvo su paternidad frente al Real Madrid en el Camp Nou donde todavía no perdió. Ni como jugador (7 victorias y 3 empates) ni como entrenador (3 triunfos).

 
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Publicado por en May 15, 2011 en Barcelona, Fútbol

 

Una pulga oportuna

Es increíble lo que puede generar un partido de fútbol en el ambiente futbolístico: apenas una revolución mundial. Exactamente eso se volvió a vivir a causa del tercer clásico español entre el Real Madrid y el Barcelona que finalizó con victoria 2-0 para el equipo culé.

En este caso los entrenadores también agregaron una pizca de juego previo. El portugués José Mourinho, como es su costumbre, empezó a jugar el partido desde las declaraciones. Se encargó de ironizar el testimonio de Pep Guardiola aduciendo que era el único que criticaba a los árbitros cuando acertaban (en referencia al offside de Pedro en la final de la Copa del Rey). En este clima turbio y denso se desarrollo el enfrentamiento de ida entre los dos mejores equipos del mundo, tal vez jugando una final anticipada.

A pesar del lugar inusual que ocuparon algunos jugadores como Carles Puyol, que marcó el sector izquierdo de la defensa, o Mascherano que lo hizo de primer central, el Barcelona dominó el partido de punta a punta. Aun así se notó la falta de un número «3» con capacidad para recorrer el terreno y generar una opción más de pase por esa banda. Incluso, la ofensiva con Daniel Alves perdió sorpresa al no haber alguien con similares características del otro lado. El Real Madrid sólo se preocupó por reducir los espacios y controlar bien a Messi. Por eso vio pasar la pelota todo el primer tiempo.

Incluso dejaron muy sólo a Cristiano Ronaldo en ofensiva quien en varias oportunidades arengó a sus compañeros para que avancen en el campo. Por su parte, el conjunto culé aprovechó tal regalo y monopolizó la posesión (72% a favor). De hecho lo hizo sin ningún apuro, porque el empate tampoco le caía mal. Por ese motivo, la primera etapa no tuvo muchas emociones: un zurdazo de David Villa que se fue besando el palo y algunos disparos de Xavi que no molestaron demasiado a Iker Casillas.

En la segunda parte, el «Merengue» igualó el trámite del encuentro aunque tampoco generó demasiado. Dispuso de varios tiros libres pero ninguno encontró un buen cabezazo. La expulsión del portugués Pepe (por una patada tosca y brusca) complicó aún más las intenciones de conseguir un gol. Sin maravillar, el Barcelona se afianzó, fue más punzante y así llegó al gol.

En el primero, el holandés Ibrahim Afellay desbordó por derecha, tiró el centro y Messi pudo definir entre las piernas de Casillas. Luego, a falta de 5 minutos, el argentino enhebró una jugada individual fantástica, que inició en tres cuartos de cancha, y dejó atrás a cuatro jugadores madridistas para cruzar el tiro con la derecha.

Con estos dos tantos, el rosarino se transformó en el tercer máximo goleador en la historia del Barcelona con 179 y el segundo que le convirtió más goles al Real Madrid con 9. El primero sigue siendo César quien le anotó 14. Finalmente fue un 2-0 que dio como justo ganador al equipo culé, entre otras cosas, porque Gerard Piqué, Puyol y Mascherano tuvieron un muy buen partido, destacando aún más la tarea del primero. Xavi se hizo dueño del mediocampo, manejó los tiempos, controló la posesión y se mostró preciso en los pases y por último Messi, que no tuvo una actuación descollante, sí apareció en los momentos límites, cuando el equipo lo necesitó.

El Barcelona volvió a demostrar sapiencia para jugar al fútbol, no se desesperó y con el tiempo logró su cometido. El equipo entiende que cada partido dura 90 minutos, no hay porque apurarse en el primer tiempo para marcar la diferencia. Eso es lo que tiene este equipo: movió la pelota, desesperó al rival y en el segundo lo definió.

Aún así, lejos de haber asegurado el pase a la final, el Barcelona todavía debe jugar el partido de vuelta. Posiblemente con Iniesta disponible, lo mismo que Maxwell y habrá que ver qué sucede con Adriano. Por el contrario, el Real Madrid no podrá contar con Sergio Ramos, suspendido por acumulación de amarillas, ni con Pepe. El partido de vuelta se llevará a cabo en el Camp Nou el próximo martes desde las 15.30, nuevamente con transmisión de Fox Sports.

 
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Publicado por en May 15, 2011 en Barcelona, Fútbol

 

Los reyes se disputan la copa

El empate del pasado sábado en el Santiago Bernabéu fue el primero de los cuatro clásicos entre los dos equipos más grandes de España, Barcelona y Real Madrid.

Esta seguidilla de partidos continuará el próximo miércoles cuando se enfrenten en la final de la Copa del Rey en el estadio Mestalla, donde hace de local el Valencia, con el arbitraje de Alberto Undiano Mallenco. Este será el sexto choque entre ambos por esta competición, siendo el Barcelona quien lidera el historial con tres victorias (1968, 1983 y 1990), mientras que el conjunto blanco se impuso en 1936 y 1974.

Curiosisamente se enfrentaron por primera y última vez en el estadio del conjunto “Ché”. El 21 de junio de 1936, el Real Madrid ganó 2-1, y el 5 de abril de 1990, el Barcelona lo superó 2-0. El equipo dirigido por Pep Guardiola participará de su 35ª final, de las cuales consiguió 25. El Barça es el máximo ganador de la historia del torneo, seguido por el Athletic Bilbao con 23.

Por su parte, el de José Mourinho es el equipo que más partidos definitorios jugó, con 36, de los cuales apenas ganó 17. La última copa que obtuvo el “Merengue” fue en 1993 cuando venció 2-0 al Zaragoza, en tanto el “Culé” derrotó al Bilbao 4-1 en 2009. Por otro lado, la máxima goleada registrada entre ambos equipos fue 4-0 a favor del Madrid en la final de 1974.

Esta victoria fue tomada como venganza tras la caída 1-0 como local en 1968, con gol en contra de Fernando Zunzunegui. En aquel partido los simpatizantes madridistas arrojaron botellas al campo de juego en repudio al resultado.

A 75 años del primer cruce por dicha Copa pasaron varios jugadores de una calidad notable que incluso vistieron ambas camisetas. Dignos de una riqueza técnica envidiable como Bernard Schuster, Figo, Eto’o o Ronaldo.

Pero también personalidades como Ricardo Zamora (el premio al mejor arquero de la liga lleva su nombre), Walter Rozitsky (el primer polaco en España) o el danés Michael Laudrup.

 
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Publicado por en May 15, 2011 en Barcelona, Fútbol

 

El verdadero y el impostor

En el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions League, el Barcelona venció al Arsenal 3-1, en el Camp Nou, con dos goles de Messi (uno de penal) y uno de Xavi (Busquets convirtió uno en contra) y así volvió a dejar afuera al equipo inglés – el año pasado en cuartos- por lo que deberá esperar el sorteo de las próximas instancias que tendrá lugar en Nyon, Suiza, el viernes 18 de marzo.

Gracias Barça por tanta elegancia, por tanta eficacia, por respetar tu libreto aún en momentos límites. Por demostrar que todavía hay ideales en este fútbol actual tan mezquino y conservador. O que no es necesario gastar miles de millones de euros para tener un plantel competitivo. El hecho de seguir apostando a la cantera, a un trabajo de varios años, para que, con tiempo, surjan los Messi, los Pedro, los Iniesta, los Xavi, los Piqué o los Busquets.

Esta tarde quedó demostrado, una vez más, que Barcelona hay uno solo (lamentablemente). Aquellos que comparan al Arsenal con este equipo maravilloso volvieron llevarse un mal trago. Tal vez la idea es la misma, pero la manera de concretarla es muy distinta.

Porque el equipo inglés viajó a España con la intención (ilusa, por cierto) de querer aguantar la ventaja mínima conseguida en el partido de ida. Y obviamente no pudo. Por el contrario, desestimó el manual que viene utilizando los últimos 8 o 9 años. Donde explica el valor de jugar la pelota por abajo, de moverse, de abrir la cancha, de esperar a que los marcadores de puntar rompan la línea defensiva.

En fin, el equipo del francés Wenger no está acostumbrado a defender, a esperar con dos líneas de cinco, lo que hacía muy complicado que pasara de ronda. Pues no quiso atacar. De hecho, apenas tuvo una chance a favor en todo el encuentro: en la segunda etapa, cuando estaba 3-1 abajo, tras una equivocación de Adriano; Nicklas Bendtder quedó mano a mano con Víctor Valdés pero Mascherano llegó justo al cruce. Sin ir más lejos, Sergio Busquets, el propio jugador del Barcelona (hoy jugó de primer central), fue quien convirtió, en su momento, el empate transitorio.

Por tal motivo, la derrota del Arsenal era técnicamente previsible. Aunque después pudieran influir factores como la suerte, las jugadas de pelota parada o la falta de efectividad del conjunto de Guardiola. Salvo el ultradefensivo Inter de José Mourinho, ninguno pudo ir al Camp Nou a defenderse y salir victorioso. Ni siquiera el Real Madrid también dirigido por el portugués; que no sólo perdió sino que fue goleado 5-0.

Por otro lado, es incuestionable la labor del Barcelona. A esta altura ya casi nada sorprende. Y digo casi nada porque, por lo menos personalmente, me es difícil entender la definición de Messi en su primer tanto; que primero levantó la pelota por encima de la cabeza de Almunia (quien sustituyó a Wojciech Szczęsny, lesionado) para después rematar con el arco libre. Una maravilla. Insólito. Como así, el estupendo pase previo de Iniesta entre líneas, rodeado por cuatro jugadores. Todo esto, a los 47 minutos del primer tiempo cuando el ambiente empezaba a calentarse porque el gol no llegaba.

Con el 1-0, el Arsenal quedaba afuera. Por eso empezó el segundo tiempo con otra “idea”. Nunca llevada a cabo. De no haber sido por la mala suerte de Busquets en el cabezazo, el partido se hubiera desarrollado en otro clima. Aún con el empate, el Barcelona buscó como lo hace siempre: Jugando. Tocó atrás cuando lo ameritaba la situación, abrió la cancha con Dani Alves y Adriano; monopolizó la pelota con Messi, Xavi e Iniesta y encontró en Pedro y Villa dos jugadores dispuestos a picar al vació ante una defensa que jugaba en línea. Y así, con una jugada que tuvo el sello catalán por doquier llegó el segundo. Iniesta jugó para Villa quien rebotó para Xavi, que no se desesperó adentro del área y gol.

El tercero también fue de Messi. De penal, tras una jugada que comenzó en la izquierda y terminó en los pies de Pedro en la derecha. Nuevamente una muestra de capacidad de parte del “10” argentino a la hora de la ejecución. Pateó un penal importantísimo, con la tranquilidad con que uno bosteza o se rasca.

En resumen, ganó el mejor. El mejor del mundo, tal vez de la historia. Más allá de que, por momentos, los simpatizantes del Barcelona nos sentimos algo nerviosos. De esta manera, el equipo culé volvió a vencer al Arsenal por Champions y conocerá su próximo rival recién el viernes 18 de marzo, cuando se realice el sorteo en la ciudad de Nyon, Suiza, que definirá los cruces de cuartos y semifinales.

GRACIAS BARÇA